La osmolalidad es la concentración de partículas solubles (azúcar, sal, etc.) en un líquido. Las diferentes osmolalidades de dos líquidos diferentes siempre intentan igualarse si, por ejemplo, hay una membrana permeable que permita el intercambio. Esto significa que el líquido (agua) se mueve a través de la membrana hacia la concentración más alta (ósmosis) hasta que las concentraciones en ambos lados sean iguales (isotónicas).

Si el ternero consume leche con una osmolalidad demasiado alta (hipertónica), pueden ocurrir problemas similares. Si el sustituto de leche está demasiado concentrado o se le añaden minerales, el alimento para terneros puede volverse hipertónico y causar problemas de diarrea.

Por un lado, esto puede deberse a que el cuerpo deje de absorber líquido en el intestino en la medida necesaria.

Por otro lado, puede provocar daños en las células de la pared intestinal, lo que puede causar el denominado «síndrome del intestino permeable». Las células dañadas se vuelven permeables a los patógenos, que pueden ingresar en el ciclo metabólico sin obstáculos y causar diferentes problemas.

Además, hay numerosos estudios en los que, además de enfermedades diarreicas, también se han detectado inflamación y úlceras en la pared del abomaso cuando los terneros toman alimentos hipertónicos durante mucho tiempo (p. ej., «Intestinal adaptations to energy source of milk replacer in neonatal dairy calves» A.C.Welboren, B. Hatew, J.B.Renaud, L.N.Leal, J.Martín-Tereso, M.A.Steele 2021).

Una osmolalidad muy alta (más de 600 mOsm/kg) también puede provocar distensión abdominal. La leche o la masa de cuajo pueden permanecer demasiado tiempo en el abomaso y no transferirse con suficiente eficiencia al intestino delgado.

Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la cría de terneros? Muy sencillo: la leche entera natural es ideal para los terneros. La leche entera también tiene una osmolalidad de aproximadamente 300 mOsm/kg. En la leche, la osmolalidad está determinada principalmente por los minerales y la lactosa. Dado que la leche y la sangre tienen aproximadamente la misma osmolalidad, no hay riesgo de procesos osmóticos perjudiciales en el intestino.

Los sustitutos de leche (SL) se elaboran a partir de subproductos de la producción de alimentos.

En la elaboración de mantequilla, se quita la grasa de la leche y queda leche desnatada. Esta última se deshidrata y se utiliza como leche desnatada en polvo en el SL. La leche desnatada todavía contiene todos los componentes proteínicos, incluida la valiosa caseína. La caseína y la pepsina siguen presentes en una proporción de 80:20.

Sin embargo, al elaborar queso, casi toda la caseína se convierte en queso. El contenido de grasa también termina en su totalidad en el queso. Queda lo que se denomina «suero dulce». Solo contiene la proteína de suero y todos los minerales (ceniza).

Dado que la grasa de la leche se elimina casi por completo tanto en la producción de mantequilla como en la producción de queso, es necesario añadir grasa. Las grasas vegetales no suponen ningún problema en los sustitutos de leche y se digieren bien. Tampoco tienen ningún efecto en la osmolalidad. Sin embargo, las grasas importadas de ultramar, como el aceite de palma o el aceite de coco, tienen cada vez peor aceptación social, ya que suelen provenir de regiones donde antes había bosques tropicales. Aunque ese es, sin duda, otro tema.

Por lo tanto, está claro que los sustitutos de leche, independientemente de su calidad, son esencialmente distintos de la leche entera. En particular, el contenido de lactosa y de ceniza es significativamente más alto. Esto implica que la osmolalidad del sustituto de leche también aumenta (hipertónico). Dependiendo del producto, varía entre 400 mOsm/kg y 600 mOsm/kg. Esto significa que sometemos continuamente a los terneros a un estrés que, como se ha descrito anteriormente, puede provocar problemas de diarrea y úlceras en el abomaso. La osmolalidad y el riesgo de diarrea aumentan especialmente con las altas concentraciones de SL que a menudo se recomiendan.

Por ello, hay que asegurarse de que el contenido de lactosa y el contenido de ceniza en el sustituto de leche no sean demasiado elevados. Esto es difícil, ya que en Europa no es obligatorio indicar la proporción de lactosa en la declaración del producto. La fracción de ceniza (minerales) en el sustituto de leche no debe superar el 8 % y, siempre que sea posible, debe ser de en torno el 7 %.

No es fácil dar una respuesta inequívoca.

Leche entera

Por lo general, la leche entera es lo que mejor digieren los terneros: su osmolalidad y su composición proteínica se corresponden con sus necesidades. Sin embargo, al alimentar a los terneros con leche entera, se deben tener en cuenta aspectos relacionados con la higiene. Puede leer los aspectos más importantes en la siguiente publicación de blog: «La historia de la leche entera de H&L».

Sustituto de leche desnatada

La leche desnatada en polvo pura contiene caseína de alta calidad, que es ideal para la digestión del ternero. Sin embargo, a la leche desnatada en polvo generalmente se le añaden productos de suero de leche para lograr el contenido proteínico necesario o para reducir costes. A medida que aumenta la fracción de suero, disminuye la fracción de caseína y aumenta la osmolalidad.

Existe la creencia popular de que, cuando los terneros están enfermos o sufren estrés, «¡los electrolitos siempre ayudan!». Sin embargo, en este sentido hay que tener en cuenta algunas cosas:

1. Los electrolitos mezclados con la leche aumentan enormemente la osmolalidad del alimento, especialmente en el caso del alimento elaborado a partir de leche en polvo (véase más arriba). Por lo tanto, es mejor evitarlo. Si se utiliza leche entera de refuerzo con un alto contenido de minerales, se debe tener en cuenta la información del producto.
2. Al dosificar los electrolitos, se debe elaborar siempre una solución «isotónica», puesto que, si un ternero sufre diarrea debido a una alimentación hipertónica, no querrá sobrecargarlo con un alimento con electrolitos hipertónico. Una vez más, preste mucha atención a la información del fabricante. Solo a modo de orientación: una osmolalidad de 290-300 mOsm/kg en sangre se corresponde con una solución de NaCl al 0,9 % en agua.

Además de elegir el tipo de alimento lácteo correcto, la preparación también es crucial. En este contexto, hay que tener en cuenta tres aspectos clave:

1. Continuidad
2. Continuidad
3. Continuidad

¡A los terneros les encanta lo monótono! ¡Siempre a la misma hora, a la misma temperatura, a la misma concentración y en la misma cantidad! Para garantizarlo, lo mejor es utilizar tecnología de alimentación moderna. Las amamantadoras automáticas deben calibrarse y ajustarse correctamente y, cuando se alimenta a mano, se debe usar la cantidad correcta de sustituto de leche. Con Smart-Mix, el Taxi de Leche ofrece la ayuda ideal para mezclar la concentración exacta de sustituto de leche.